domingo, 18 de diciembre de 2011

CAUTIVERIO BABILÓNICO

Israel venía en decadencia política desde la muerte del rey Salomón, ya que poco tiempo después de que este muriera Israel se dividió en dos reinos: Israel y Judá.  El reino de Israel se separó de las costumbres que el rey David había hecho dentro de su reino así que para que los habitantes de Israel no subieran a Judá a presentar sacrificios ni tuvieran nada relacionado con el reino de Judá empezó a hacerle guerras a Judá, construyó sus obeliscos y empezó a ir en contra de las costumbres dadas al pueblo desde el éxodo de Egipto.
            El reino de Asiria se volvía fuerte en los años posteriores al reinado de Salomón y al haber este cisma dentro del pueblo de Israel, los asirios alzaron guerra contra las Tribus del Norte y arrasaron contra todo ese territorio y llegaron a las puertas del reino de Judá pero no pudieron contra Judá porque Babilonia alzó guerra contra Asiria, con la que combatieron varios años y al final perdieron su poderío contra los babilonios y medos en el año 614 a.e.c. con el rey Nabopolasar.
            Así comenzó el Imperio de Babilonia a hacerse fuerte otra vez. Dentro de Judá las cosas no iban bien el reino estaba divido, ya que habían personas que profetizaban en contra de Judá y los reyes eliminaban a estos profetas del Eterno poniendo por religión costumbres paganas habiendo cisma dentro del pueblo.
            Entonces llegó el tiempo cuando Babilonia se alzó en contra de Judá con el rey Nabucodonosor II en el año 597 a.e.c. tomando Judá y sus territorios y llevando al exilio, según se dice, a los hebreos mejor posicionados económicamente para que no se alzara un movimiento político revolucionario contra el Imperio Babilónico, sin embargo, para el año 587 a.e.c. los hebreos hicieron revolución con ayuda egipcia pero no fructificó. Dentro de Babilonia los judíos no tenían un poder importante dentro del Imperio, sin embargo, hubo quienes sí lo tuvieron como Ester, Daniel, Ananías, Misael y Azarías, entre otros pocos.
            Los judíos en ese entonces muchos fueron se asimilaron dentro del pueblo babilónico, otros no y siguieron las costumbres dadas al pueblo por Moisés. El último rey babilónico que dominó la tierra y al pueblo de Israel fue Baltasar hasta el año 539 a.e.c. cuando Persia se alzó contra Babilonia y la derrotó.

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