Escrita
por John Quincy Adams, pero fue publicada el 12 de diciembre de 1823 por James
Monroe. Básicamente se trataba de una doctrina que decía “América para los
americanos”, y estipulaba que los únicos interventores en América sería Estados
Unidos, y no aceptarían ninguna “intervención” o “presencia” de cualquier otra
potencia.
En 1815
como el imperio napoleónico ya se había acabado, las potencias europeas se
reunieron para negociar la reconstrucción de Europa, creando un sistema de
congresos que empieza a funcionar en 1822, como España era el único gobierno
liberal con ideas que podían alterar la paz y el funcionamiento de la Alianza
europea, Francia propuso invadir a España para derrocar al Rey. Al final del
Congreso de Verona Francia recibe el aval de las potencias, excepto del Reino
Unido. Derrocado el Rey español, y Fernando VII en el poder, Gran Bretaña ve
amenazado su comercio con los países americanos ya que cree que las potencias
respaldarán a España para conquistar a los territorios perdidos por las
independencias. Entonces el Reino Unido le propone a Estados Unidos a realizar
una declaración en contra del intervencionismo europeo.
Además
del intervencionismo europeo que Gran Bretaña predijo, Rusia estaba reclamando
territorio estadounidense como territorio ruso, ya que estaba extendiendo a
Alaska y estaba proclamando mar. Entonces Estados Unidos obviamente se sintió
invadido una vez más.
Estados
Unidos se opuso a realizar una declaración en conjunto con Inglaterra y el 2 de
diciembre de 1823 el presidente Monroe declara, en resumidas cuentas:
a) “Los continentes americanos... no podrán
considerarse ya como campo de futura colonización por ninguna potencia europea”.
b) “El sistema político de las potencias
aliadas es esencialmente distinto... del de los Estados Unidos de América.
Considerando todo intento de su parte por extender su sistema a cualquier
porción de este hemisferio como peligroso para nuestra paz y seguridad”.
c) “No nos hemos entrometido ni hemos de
entrometernos con las actuales colonias o dependencias de ninguna potencia
europea”.
d) “Nunca hemos
intervenido en las guerras de las potencias europeas sobre cuestiones
concernientes a ellas, ni se aviene a nuestra política hacerlo”.
“América para los
americanos”, en resumidas palabras para muchos. La desaprobación de Estados
Unidos de hacer una declaración en conjunto con Gran Bretaña fue evitar que los
estadounidenses dependieran de nuevo de los británicos, cosa que los británicos
querían, además el ministro inglés Canning proponía que ni los ingleses ni los
estadounidenses tomaran ningún territorio de la América española. Eso presentaría
un problema para Estados Unidos ya que quería que Cuba, todavía española, se
uniera a ellos; y los ingleses querían evitar el expansionismo estadounidense.
Pero Estados Unidos tenía una ideología
expansionista desde su inicio con la obtención de territorio español y francés.
Lo que quería Monroe era expandirse más allá de sus fronteras, lo cual hacer
una declaración en conjunto con cualquier país sería inadecuado y en contra de
su política exterior.
Además, esta doctrina
anunciaba audazmente que los Estados Unidos estarían incluso dispuestos a ir a
la guerra para sostener la inviolabilidad del continente americano porque
considerarían toda extensión del poder europeo, en cualquier parte del
hemisferio, una amenaza para la paz y la seguridad.
Con esta doctrina Estados
Unidos le da la espalda a Europa y se otorga el derecho de expandirse por
América, tal como lo haría un gobierno o reinado europeo. Pero Estados Unidos
tenía una “conciencia” limpia pues se creían mejores y con más derecho de las
tierras que los europeos, por ese motivo no tuvieron problema alguno en
sublevar a pueblos indios y adherirse más territorio, a ya su vasto poderío
territorial (como Florida, Texas, California).
Gran Bretaña como le
servía la implementación de la doctrina, defendió a Estados Unidos de
invasiones y ataques por parte de las potencias europeas. La primera aplicación clara y directa de la
Doctrina Monroe la encontramos en la anexión de Texas a los Estados Unidos.
Polk fue el primer presidente que apeló a los “principios de Monroe”. Justificó
los hechos utilizando como argumento el peligro que significaba para los
Estados Unidos el que el Estado independiente de Texas se aliara o se
convirtiera en la dependencia de una nación extranjera más poderosa,
convirtiéndose así en una amenaza para la seguridad norteamericana.
Durante la Guerra de Secesión, se detuvo la
ideología expansionista de Estados Unidos. Pero se retomó cuando en 1868, el
presidente Johnson compró Alaska al zar ruso. El presidente Rutherford Hayes
enunció en el año 1889 un corolario a la Doctrina Monroe: "Para evitar la
injerencia de imperialismos extra continentales en América, los Estados Unidos
debían ejercer el control exclusivo sobre cualquier canal interoceánico que se
construyese." Dejaban así las bases de la posterior apropiación del canal
de Panamá.
Esta doctrina hizo mucho más efecto en
América Central que en cualquier otro lado de América ya que en este lugar
Estados Unidos logró lo que se pretendía, crear dependencia hacia él, y así
trató de expandirse y mantenerse, esto creó revoluciones y desestabilidad en
Centroamérica.