martes, 18 de octubre de 2011

Vida Política

La Antigua Grecia se componía por un grupo de ciudades llamadas polis o ciudades Estado, las cuales tenían autonomía entre sí, soberanía de su territorio y una clase de “nacionalismo” o “patriotismo” por su ciudad Estado, sin embargo, todos se sentían griegos, ya que compartían el mismo idioma, tenían el mismo pensamiento religioso y de dónde provenían sus dioses y ellos como seres humanos, es decir, compartían la misma visión de su ubicación en el cosmos, no obstante, esto no detuvo las guerras y las molestias que tenían muchas polis entre sí.

Las polis no eran ciudades muy grandes, se dice que solo 3 ciudades Estado de la Antigua Grecia llegaron a tener aproximadamente 200 000 ciudadanos: Agrigento, Siracusa y Atenas[1]. Ahora bien, hay que tener claro lo que significaba ser ciudadano en las polis. El ciudadano era aquel hombre libre mayor de edad que fuera originario de la polis de la cual reclamaba sus derechos y responsabilidades como ciudadano. Sin embargo, siendo extranjero o de otra polis si vivía por cierto tiempo, establecido por las leyes de esa polis, y se preocupaba por el bien de la polis y por la vida política de la misma y se demostraba que esto era cierto, podía entonces reclamar sus derechos y responsabilidades como ciudadano de esa ciudad Estado.

Este status de ciudadano era de vital importancia en la Antigua Grecia , ya que el esclavo, la mujer, el menor de edad y el extranjero no eran tomados en cuenta como ciudadanos, por lo tanto, se le excluía de la vida política de la polis en la que residía. 

La forma de administración de la polis, es decir, su gobierno (reinado, democracia, etc.) y la ideología del tipo de gobierno que hubo en las diferentes polis, cambiaba significativamente, en muchos caos, de una polis a otra. Es más, dentro de una misma polis, la forma o tipo de gobierno podía ser diferente y contrario  una de otra en un periodo de tiempo determinado.


[1] Pacheco, Francisco. Introducción a la Teoría del Estado, pág. 86

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