domingo, 18 de diciembre de 2011

IMPERIO ROMANO

En el año 63 a.e.c. Pompeyo invade en territorio de Palestina y se vuelve una provincia romana más. Tras la política de tolerancia religiosa los hebreos no son obligados a dar servicio al ejército romano ya que por el Shabat no podrían contar con ellos cuando fuere necesario.
            Con la muerte de César el Imperio Romano se tambalea y los partos toman los territorios romanos de Palestina y sus cercanías. Herodes huye a Roma y se convirtió en aliado del Imperio y regresó a Judá para tomar su reino (dado por los romanos) en su poder. Herodes no tenía ninguna relación con ningún rey o Sumo Sacerdote que haya gobernado Israel.
            Helenizó a todo aquel que no fuera judío y ponía en la esfera religiosa a quien él creyera que era conveniente para mantener como aliado al Imperio Romano. Sin embargo, se mantuvo respetuoso con las costumbres y leyes hebreas pero eliminó toda influencia política de los Sumos Sacerdotes.
            Sin embargo, los hebreos de la época sabían que tenían posición privilegiada para practicar el judaísmo. Los judíos no encontraban razones para ir en contra del Emperador excepto cuando se proclamaba como dios. Con todo esto había judíos que querían la independencia política del Imperio Romano y aquí empezó otra vez fuerte el tema del Ungido por el Eterno para librarnos de cualquier opresión extranjera.
 En estos tiempos entonces nace el movimiento mesiánico y empiezan a ser relevantes dentro del judaísmo de esa época figuras como Yojanán el Inmersor (Juan el Bautista) y Yehoshua (Jesús), que decía ser el Mesías pero muchos de los fariseos y judíos no lo veían así puesto que nunca agarró un arma física para combatir a Roma, en tiempos de Herodes Antipas.
Entonces cuando el judaísmo ya tenía diferentes ramas, nace una nueva la Netzarita y los primeros cristianos, gentiles que seguían al Dios de los judíos. El judaísmo tuvo estos derechos hasta alrededor del año 325 e.c. cuando se dio el Concilio de Nicea, cuando el Emperador Constantino desvió y torció las enseñanzas de Yehoshua y creó el cristianismo actual.
Regresando al tema del pueblo de Israel, los judíos del tiempo de Herodes Antipas se alzaron en una revolución que fue creciendo en toda la zona y que luego el Emperador Tito entró a Jerusalén y destruyó el Templo y mandó al exilio a los judíos que quedaban en Palestina y Judá. Aquí se acabó todo el reinado de Israel y las ganas de luchar para recuperar el territorio que hasta 1945 se nos dio una porción minúscula de lo que era en los tiempos del rey David y el rey Salomón.

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